domingo, 14 de marzo de 2010

QUE LOS MUERTOS DESCANSEN EN PAZ

Muere, Filidor
¿por qué no has muerto por tu deseo?
El coro de promesas de las musas
anunciaba herederos a tu nombre,
aunque pensara Florilis
que ninguno lloraría por ti.
Florilis, seguramente,
reirá con tu muerte;
y, de seguro,
contará bromas
sobre tu ataúd
y saltará, vitoreará
y cantará sobre tu tumba.

Si alguien menciona tu nombre,
tras tu muerte,
como, cuando o donde sea,
ella se burlará sobre tu lápida,
ella misma estremecerá tus roídos huesos.

Mas, orgullosa niña,
no imagines
que así te dejaré ir.
Un rostro espectral,
similar al mío, te atormentará;
te perseguirá mi espectro e irá al lecho contigo.

Un sueño opresivo
te despertará a menudo.
Penosamente creerás cómo entonces puedo asustarte:
Haré tu vida miserable con lamentos y golpes.
Si por la mañana te encontraran heridas,
dirás que te las hice para vengarme.

Si caes enferma
te atormentaré en tus pensamientos.
Conviene entonces te corrijas
mientras aún hay tiempo para ello.
Si me desvaneces en las vaporosas aguas del Aquerón
no tendrá sentido quejarse
cuando mi fantasma te atormente.